De lo que queremos sin saber que somos. De que el tiempo es traicionero, y de que las piedras en el camino, a veces nauseabundas, nos han llevado a esta espiral inconformista y descuidada.
Debe ser que no aprendí una mierda y que por eso siempre me tropiezo con errores. Que tal vez no me conozco y por eso no sé reconocer ante nadie.
Que por mucho que te regale días con recuerdos, nunca sabré darte la seguridad del mañana. Te hablo de justicia, queriéndonos descompasado. De sufrir sin querer, queriéndonos demasiado. De querer apostar por algo que nunca va a llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario