jueves, 9 de mayo de 2013

Y se hace de noche

19 días matándome, 500 noches en vela, hasta Sabina olvida más rápido que yo, pobre infeliz.
Eso de la auto-compasión, en fin...
También me mato por dentro y nadie dice nada. De vez en cuando toca.

Mudo, como la h, tocado y hundido chica. Jodido, sin más.
Cuando hasta el desahogo que entra por mis oídos es triste dime ¿A dónde miro? El verano y escucho llover, no sé si es fuera o solo mi conciencia llorando por pensar demasiado otra vez.
Creo que voy a preguntar a Galeano, padecemos lo mismo al parecer.
Ya lo dijo él:

"No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta"

Yo tengo una mujer atravesada en el alma, estamos en las mismas.


jueves, 21 de febrero de 2013

¿Qué quieres que me invente?, si yo sólo se reinventar utopías de manos insaciables, de corazones calientes y de calles solitarias. Paseos descuidados que terminan sin darse cuenta en cualquier bar, pidiendo un par de cafés con mucho azúcar y poco tiempo.
Voy haciendo autostop en carreteras secundarias, mientras tú te fumas el otoño.

Quizá mis días se los regalé al mismísimo diablo.
Le conocí en el cielo y sin quererlo acabamos entre llamas. Apurando las últimas copas de aquella barra. Las mismas que un día si o otro también nos hacían olvidar. Hasta que volvía a apoderarse de mis días sin insomnio, y me hacía ver las cosas buenas que nos daba el compartir sábanas.
Mientras él se encendía un cigarro, yo me quemaba en él.
Hubiese jurado una y mil veces que los diablos no fumaban, de la misma manera que hubiese puesto la mano en el fuego por mi.
Es ahí donde aprendí que en el infierno se suele jurar un par de veces al día amor eterno. Promesas que se queman, resbalándose en labios infinitos y jugando siempre a perder sin saberlo.
Por enésima vez intenté ponerle mi nombre a un día, y porqué no, a un año entero. Ser dueño de mis preguntas y tener la solución para combatir mal de amores y migrañas.
Tomar café y ver mi futuro reflejado en una taza. Saber de brujería sin tener escoba, y querer mudarme conmigo y sin maletas. Dejar los prejuicios en tierra, las miradas diablesas entre llamas y mis malos días en la almohada.
Sólo sé que somos nosotros, en mundos paralelos. Carentes de razón y sin sentido. Apretarnos hasta hacernos daños siempre tuvo su encanto pero yo te hablo de querer queriendo no hacer daño. De meterte en mis tropiezos sin querer y de bañarte en mi locura por descuido.
De lo que queremos sin saber que somos. De que el tiempo es traicionero, y de que las piedras en el camino, a veces nauseabundas, nos han llevado a esta espiral inconformista y descuidada.


Debe ser que no aprendí una mierda y que por eso siempre me tropiezo con errores. Que tal vez no me conozco y por eso no sé reconocer ante nadie.
Que por mucho que te regale días con recuerdos, nunca sabré darte la seguridad del mañana. Te hablo de justicia, queriéndonos descompasado. De sufrir sin querer, queriéndonos demasiado.

De querer apostar por algo que nunca va a llegar.
Es imposible prometer no llorar por algo que duele.
Coger testigos al azar y hacerles partícipes de nuestras incoherencias no cumplidas.
De nuestros contratos pactados con el aire que nunca se firmarán con pluma.
Comprar tiempo para regalarte, y devolverlo a largo plazo.
Minuto por aquí, minuto por allá.. y construir así una vida llena de sin tis.. Sin lunas amargas y sin noches vacías.


Porque mi tiempo es mío, y mi futuro es tuyo.
Y el querer más de la cuenta me vuelve predecible, no lo olvides.


Digamos que, el punto exacto entre tus ojos y mi voz, es un reloj.
Puestos a decir, imaginemos que no haga falta tocarnos para sentirnos y, que el tacto de tu piel estuviese atrapado en mi mirada, como si supiese que decir a través de mi.
Cómo si hablases desde mi, por y para alguna luna muda conquistada por Dios sabe quién.

¿Un reloj entre los dos?, qué cosa tan tonta.. ¿verdad?
A lo mejor es eso, exactamente, lo que nos une y separa; Tiempo. ¿Por qué no? Cada segundo es un aliado más, o uno menos.
A lo mejor somos nosotros, que no tenemos ni puta idea de que decirnos, o de como actuar dentro del reloj.
A lo mejor tú marcas las 12 y yo las 6.
A lo mejor nos llevamos seis horas de desventaja, a lo mejor es eso por lo que no nos encontramos.
Joder, podría ser, ¿no?.. es una explicación válida dentro de tanta inquietud albergada.


¿Y por qué no encontrarnos, accidentalmente, en una cuidad remota, siendo sin ser nosotros; sino otros?.
A lo mejor nuestra oportunidad está en otro cielo, y siendo algo que no somos esta vez.


Podríamos sentarnos a tomar café en cualquier bar y, acto seguido, hablar de la felicidad que estamos construyendo por separado.
Pero, supongo que idealizo demasiado.. Mucha imposibilidad en mis palabras, y aún más en que, ese acto momentáneo, se produzca entre aquellos que se quisieron más de cien lunas rotas seguidas.
Sería tan estúpido como intentar robar el mar azul para no olvidar nunca tu mirada.. porque por alguna extraña razón, tendría que ser azul.. sino no serías tú. ¿Comprendes?